sábado, 31 de diciembre de 2011

Un año más

Si me pidieran que resumiera mi 2011 en una sola palabra, sin lugar a duda, la palabra elegida sería Sueño.
Aún recuerdo cómo viví mis Navidades pasadas. Tenía mi mente en el mes de Febrero, el día 23 exactamente. Y es que fue en esa fecha cuando cumplí uno de mis mayores sueños. Algo tan simple para el resto y algo tan enorme para mí. Viajar para conocer a las mejores personas que me había regalado "la vida virtual".
Madrid y Barcelona fueron los escenarios que, sin lugar a dudas, hacen que recuerde este año con una enorme sonrisa. Desvirtualizar a cinco personas sin límite de caracteres y llenar la maleta de vuelta con nuevas sensanciones, nuevos sentimietos e imborrables momentos...
Unido a esa estancia en tierras con "una hora más", pude realizar un deseo que recuerdo pedí en mi 16º cumpleaños. Llegó algo tarde y sin casi planearlo, por eso me llenó aún más si cabe esos días: Abrazar a esa persona que durante seis años ha sabido estar a mi lado, sentarse junto a mí y escucharme siendo físicamente imposible, por vivir a miles de kilómetros.
Ha sido un año donde los cambios no han dejado de existir. Unos cambios que han llegado de la mano de ese sentimiento que no pensé que existiera: el amor.
En el lugar y momento que menos esperaba que pudiese ocurrir, esa llamita encendió y con ella llegaron nuevos momentos, momentos inolvidables que terminan de hacer enorme este año. Conocer a esa persona que tiene ese algo especial que hace que confíe, esa persona capaz de borrar el caparazón que me cubría, esa persona que con una palabra o un abrazo convierte las lágrimas en sonrisas. Una persona que se ha ganado gran parte de mi día a día y de la que me faltarán horas para agradecerle todo lo bueno que me ha hecho sentir en estos meses.
Como todo camino de rosas, hay espinas y este año, como todos, ha tenido que dar fuerte con esas espinas. Personas que desaparecen de tu camino sin casi darte cuenta, sin explicaciones, lo cual, tampoco importa porque aprendes que nadie es tan necesario en nuestra vida, que podemos seguir caminando aunque nos quedemos solos.
Lo peor, sin dudas, una ausencia que jamás se podrá sustituir con nada. Esos viajes sin vuelta que hacen algunos familiares sin quererlo, que los organiza la vida sin que te des cuenta, sin previo aviso, sin poder decir adios. Y es cuando, ocho años después, tienes que volver a empezar a adaptarte al sentimiento de soledad, porque te das cuenta que por muchas personas que hayan a tu alrededor, ninguna ocupará su lugar, jamás.

Y en eso se resume mi año. En lo mejor y en lo peor. En una constante montaña rusa. En lágrimas pero también en muchas sonrisas. En sentimientos muy grandes por personas que sientes a tu lado cuando están muy lejos. Ha sido un gran año, difícil de olvidar. El mejor vivido hasta el momento. Lleno de grandes personas y grandes momentos.

Ahora llega el 2012. Un nuevo año para seguir aprendiendo, riendo, disfrutando, llorando, viviendo, saltando, bailando, queriendo, amando, soñando...Un nuevo año donde lo único que pido es que todas esas personas especiales sigan en mi vida este nuevo año.